100 gandoleros que hacen servicios de
traslado hacia la isla de Margarita tienen hasta 13 días esperando
montar su carga en una embarcación y zarpar desde el puerto marítimo de
la empresa estatal Conferry, en Puerto La Cruz.
Jesús García, quien tiene ese tiempo
pernoctando debajo de su camión, expuso que 2013 se dañaron dos de las
cuatro embarcaciones: Santiago Mariño y Cacica Isabel, pero hace un año y
medio se dañó la tercera, Rosa Eugenia.
Desde entonces las
embarcaciones están varadas. Solo funciona María del Rosario, a media
máquina, porque además de solo hacer un viaje diario (por tardar nueve
horas en llegar a Nueva Esparta), solo pueden ingresar 20 gandolas. Eso
si el gobierno no le da prioridad a sus propios vehículos, según relata.
“El gobierno no sirve para nada. Uno va a
protestar y no le dan respuesta. La última vez que salimos a defender
nuestros derechos como usuarios la Guardia Nacional se llevó a unos. Ya
ni eso podemos”, expresó.
Estos hombres aseguran sentirse en
condiciones inhumanas. Deben dormir, bañarse e ir al baño en los
espacios que hay entre gandola y gandola, pues los servicios de las
oficina de Conferry no funcionan.
“Si allí entrara sanidad, clausuraran
esto. Además, para usar esos baños uno tiene que pagar”, añadió otro de
los choferes, llamado Roberto Gómez.
La inseguridad y el gasto por día es
otro tema. Franco Jiménez estima que diariamente deben destinar al menos
10 mil bolívares para comer.
Además, están expuestos a todo tipo de peligro. La noche del jueves se presentó un rebullicio en el que un hombre salió herido.
ElNorte.com.ve / Katherine Carrizales/ECS