Pasillos vacíos y algunos locales
cerrados era el panorama de ayer en el área de charcutería del mercado
municipal de Puerto La Cruz.
Dueños de este tipo de expendios aseguraron que el escenario se ha vuelto una constante durante las últimas semanas.
¿La razón? Los altos precios que exhiben
estos alimentos. En un recorrido realizado por los distintos puestos
del recinto porteño se constató que el queso duro para rallar, del más
económicos del superó los Bs 400 mil.
En el caso de los embutidos, la mortadela se consigue entre Bs 420 mil y Bs 500 mil.
Los precios de los jamones, dependiendo de sus características, oscilan entre los Bs 600 mil y Bs 1 millón.
El fiambre se consigue en Bs 550 mil, el de espalda en Bs 650 mil y el de pierna más económico en Bs 750 mil.
Leo Espinoza, trabajador de una charcutería, expresó que las ventas han venido cayendo progresivamente durante lo que va de año.
“Hace un tiempo se veían los pasillos
llenos de clientes, y los estantes repletos de productos variados. Sin
embargo, la cosa ahora es diferente. Se exhibe lo que se sabe que se va a
vender para no poner en riesgo la mercancía”, señaló.
El charcutero sostuvo que el negocio se
mantiene gracias a los clientes fijos, pero que ellos han tomado la
previsión de diversificar los productos que ofrece para obtener
ganancias.
“Ahora estamos vendiendo presas y
vísceras de pollo porque es lo que la gente se lleva. Nadie va a
preferir comprar un kilo de carne o pollo ni queso o jamón”, aseguró.
La opinión de Espinoza fue compartida por los carniceros del expendio.
Francisco Romero dijo que durante el asueto de Carnaval las ventas de cortes de res se mantuvieron.
“Pese a que la gente se lleva poca
mercancía, sí vendemos. Antes se llevaban los productos en cantidad,
ahora piden Bs 100 mil o Bs 150 mil”, indicó.
El propietario de la carnicería llamada
“El Samuray”, afirmó que “nunca en Carnaval se había vendido tanta
carne” en el mercado como ahora y explicó que esto se debe a que la
gente ve más rentable comprar un kilo de carne y preparar un buena
comida que comprar queso o jamón.
El kilo de carne se vende en Bs 360 mil, mientras que el de pollo llegó a Bs 300 mil.
Pese a que los precios de estos rubros se han mantenido, lo que más se expende son los subproductos de la res y del ave.
Mondongo (Bs 220 mil), hígado (Bs 350
mil), asadura (Bs 250 mil) y pellejo (40 mil) es lo que más se vende en
el puesto de Iván Rodríguez.
Isbelia Briceño, jubilada, aseguró que
la chinchurria (Bs 100 mil), las patas y los hígados de pollo (Bs 240
mil) y los huesos rojos (Bs 100 mil) son una buena opción para estirar
el dinero.
“Eso es lo único que me alcanza para comprar y medio comer con lo que gano al mes”, expresó la mujer de la tercera edad.
Huevos carísimos
El que hasta hace poco era conocido como “el bistec de los pobres” ya no es opción para alimentar a las familias de aquellos que devengan sueldo mínimo (Bs 248 mil 510), pues el cartón de huevos se vende en Bs 500 mil en el mercado municipal de Sotillo, por lo que se necesita invertir todo lo ganado en dos meses de trabajo para adquirirlo.
El que hasta hace poco era conocido como “el bistec de los pobres” ya no es opción para alimentar a las familias de aquellos que devengan sueldo mínimo (Bs 248 mil 510), pues el cartón de huevos se vende en Bs 500 mil en el mercado municipal de Sotillo, por lo que se necesita invertir todo lo ganado en dos meses de trabajo para adquirirlo.
En las calles aledañas al recinto, el
paquete de 30 huevos se puede conseguir en la mitad del valor si se
cancela con dinero en efectivo.
“He optado por comprarlo por unidad, que me cuesta cada una Bs 10 mil”, mencionó Diana Galindez, ama de casa.
“He optado por comprarlo por unidad, que me cuesta cada una Bs 10 mil”, mencionó Diana Galindez, ama de casa.
Eltiempo.com.ve / Dayana Figueroa