Robos de lápidas, atracos,
vendedores ambulantes e ingesta de licor son lo rutiario para los
visitantes del camposanto capitalino
“El
cementerio municipal de Barcelona es una réplica del país, las leyes y
normas no se respetan, aunque los responsables de hacerlas cumplir se
topen con las irregularidades, cada quien hace lo que quiere y no existe
el descanso eterno de los difuntos”, expresó Caryolis Manaure, quien
este domingo visitó la tumba de su abuelo y su papá a propósito del Día
del Padre.
Para Manaure, atravesar todos los meses la
entrada principal del recinto es ir preparada para encontrarse con que
los restos de sus familiares ya no están en el sitio en el cual
reposarían en la eternidad, puesto que en los últimos tres años que
lleva visitando el camposanto, a las tumbas vecinas a la de sus seres
queridos les han llevado las urnas, las lápidas y hasta los huesos de
los fallecidos han sido sutraídos o esparcidos como si de un ritual
espiritista se tratara.
A esa realidad se enfrentó Alfredo Mendoza,
quien encontró la tumba de su hijo destrozada y vacía, mientras que a
más de 200 metros ubicó una urna en la que asume estuvieron los restos
de quien lo convirtió en papá hace 29 años.
Mendoza reconoce que las visitas que hace
al cementerio son eventuales, pero manifestó que cuando lo hace, no deja
de sorprenderse por los atracos que se registran frente a otros
visitantes, quienes por temor a correr con la misma suerte, callan.
Consideró que el lugar parece un mercado
popular debido a la cantidad de vendedores ambulantes que se encuentran
dentro, donde -además- se evidencian grupos de personas ingiriendo licor
entre juegos de azar.
El director del cementerio municipal de
Barcelona, Israel Velásquez, indicó que los robos han disminuido en 30%
tras el cierre de tres entradas alternas y la incorporación de
funcionarios de la Policía Municipal.
Negó que existan ventas y consumo de
alcohol dentro, porque a su juicio, existen normas que se hacen respetar
“y porque la gente está consciente dé o qué se debe y no hacer”.
Refirió que contrario otros años, este domingo solo se reportaron ocho robos de lápidas, pero ni un caso de robo de restos.
En el Cementerio Parque Metropolitano, pese
a las medidas de seguridad, al pago por el mantenimiento y la
contratación de vigilancia privada, el robo de lápidas no es un mal
ajeno.
Ayer, al menos 12 tumbas amanecieron sin
lápidas, de acuerdo a Eugenia Ramos, quien dijo que entre esas se cuenta
la de su hermana. Manifestó que desde enero la delincuencia también
entró a hacer de las suyas en ese camposanto.
Afluencia
El director del cementerio de Barcelona, Israel Velásquez, indicó que
por el Día del Padre cinco mil personas visitaron el camposanto, mil
por debajo de la cifra registrada para el Día de la Madre en mayo
pasado.
Acotó que 25 funcionarios policiales velaron por la seguridad de los
asistentes. Solicitó a quienes tienen famliares enterrados en el lugar,
visitar con regularidad la tumba de sus seres queridos a fin de mantener
el recinto desmalezado y las tumbas cuidadas.
ElNorte.com.ve / Yosemarys González