Hoy, Día contra el Maltrato Infantil, en Nueva
Esparta también se observan las consecuencias de la crisis social
inmersa en tensión y violencia, según expertos de la Sociedad Venezolana
de Puericultura y Pediatría.
Los especialistas observan en Nueva Esparta como día a día se ha
incrementado el riesgo para la salud de los niños, niñas y adolescentes,
que afecta su salud mental, pues no se les brinda amor.
Germán Rojas Loyola, secretario de Información y Difusión de la junta
directiva central de la Sociedad Venezolana de Puericultura y
Pediatría, explicó que debido a que la familia está afectada por la
situación económica y social, inmersa en un ambiente de tensión y
violencia por acciones y palabras, descuida a sus niños y no les da
herramientas que refuercen positivamente sus emociones.
Enfatizó que existe "hambre por atención emocional" en los niños, que los hace vulnerables a factores externos no controlados y que van ocupando lugares importantes dentro de ellos, haciendo que aparten los valores positivos que deberían marcar la estructura de su emocionalidad ante las vivencias que vayan transitando.
"Es cierto que la responsabilidad primaria es de las personas que deciden procrear a un niño, pero también el Estado tiene mecanismos de rectoría para la protección y como en todas las áreas de la vida, hay impunidad", expresó Rojas Loyola.
Generalmente, las instituciones reciben los casos cuando ya se ve el efecto de este problema y ante esa situación, es el deber de quienes asuman esta rectoría, congregar y exigir se cumpla con la Ley Orgánica de Protección al Niño, Niña y Adolescente (Lopnna).
Indica que cuando eso sucede, los niños entonces son víctimas de sus padres, madres, representantes o responsables del cuidado, al no actuar oportunamente para defender o denunciar los abusos o carencias que por derecho les corresponden.
Afirmó que no se trata de una acción esporádica ante un hecho puntual, sino que se trata de agrupar las voluntades basadas en el amor que se tiene hacia los hijos y lleven a accionar los mecanismos continuamente con el fin de que, quienes gobiernan, tomen en cuenta el clamor del sufrimiento de la infancia y quede constancia, para el futuro y para la historia, de que no fueron capaces de cumplir con ellos.
Indicadores sociales
Rojas Loyola refirió que el alto costo de la vida e inflación, así como servicios de salud de mala calidad, con personal que no tiene las competencias para atender a los niños, donde no se realizan muchos exámenes y tratamientos requeridos, son caldo de cultivo para disparar el maltrato contra los niños.
A eso se suman la ausencia de fórmulas lácteas para lactantes con madres portadoras del VIH, vacunas, medicinas, la violencia política, la delincuencia, corrupción e impunidad como mal ejemplo y el no cumplimiento de las leyes de convivencia social son látigos del maltrato que aplica el Estado a nuestra infancia.
"Son víctimas de maltrato, cuando se les permite pedir dinero o comida por las calles o playas, o se les obliga a traer dinero a la casa, mientras la madre o el padre no cumplen con sus deberes de protección y sustento o el sistema de protección de niños, niñas o adolescentes no resuelve", apuntó el especialista.
Insistió en que igualmente sufren maltrato cuando están sanos o enfermos y no son llevados al médico para su control o para mejorar su salud, y en ese contexto refirió que muchos niños son diagnosticados tardíamente con enfermedades que afectan su desarrollo mental, su crecimiento y en algunos casos su vida.
Remarcó que en su vida escolar son maltratados cuando no se les brinda la atención requerida por parte de maestros y su familia, con disciplina positiva y amor, para lograr completar las competencias requeridas para su aprendizaje.
Enfatizó que existe "hambre por atención emocional" en los niños, que los hace vulnerables a factores externos no controlados y que van ocupando lugares importantes dentro de ellos, haciendo que aparten los valores positivos que deberían marcar la estructura de su emocionalidad ante las vivencias que vayan transitando.
"Es cierto que la responsabilidad primaria es de las personas que deciden procrear a un niño, pero también el Estado tiene mecanismos de rectoría para la protección y como en todas las áreas de la vida, hay impunidad", expresó Rojas Loyola.
Generalmente, las instituciones reciben los casos cuando ya se ve el efecto de este problema y ante esa situación, es el deber de quienes asuman esta rectoría, congregar y exigir se cumpla con la Ley Orgánica de Protección al Niño, Niña y Adolescente (Lopnna).
Indica que cuando eso sucede, los niños entonces son víctimas de sus padres, madres, representantes o responsables del cuidado, al no actuar oportunamente para defender o denunciar los abusos o carencias que por derecho les corresponden.
Afirmó que no se trata de una acción esporádica ante un hecho puntual, sino que se trata de agrupar las voluntades basadas en el amor que se tiene hacia los hijos y lleven a accionar los mecanismos continuamente con el fin de que, quienes gobiernan, tomen en cuenta el clamor del sufrimiento de la infancia y quede constancia, para el futuro y para la historia, de que no fueron capaces de cumplir con ellos.
Indicadores sociales
Rojas Loyola refirió que el alto costo de la vida e inflación, así como servicios de salud de mala calidad, con personal que no tiene las competencias para atender a los niños, donde no se realizan muchos exámenes y tratamientos requeridos, son caldo de cultivo para disparar el maltrato contra los niños.
A eso se suman la ausencia de fórmulas lácteas para lactantes con madres portadoras del VIH, vacunas, medicinas, la violencia política, la delincuencia, corrupción e impunidad como mal ejemplo y el no cumplimiento de las leyes de convivencia social son látigos del maltrato que aplica el Estado a nuestra infancia.
"Son víctimas de maltrato, cuando se les permite pedir dinero o comida por las calles o playas, o se les obliga a traer dinero a la casa, mientras la madre o el padre no cumplen con sus deberes de protección y sustento o el sistema de protección de niños, niñas o adolescentes no resuelve", apuntó el especialista.
Insistió en que igualmente sufren maltrato cuando están sanos o enfermos y no son llevados al médico para su control o para mejorar su salud, y en ese contexto refirió que muchos niños son diagnosticados tardíamente con enfermedades que afectan su desarrollo mental, su crecimiento y en algunos casos su vida.
Remarcó que en su vida escolar son maltratados cuando no se les brinda la atención requerida por parte de maestros y su familia, con disciplina positiva y amor, para lograr completar las competencias requeridas para su aprendizaje.
El Sol de Margarita / Dexcy Guédez