Retratar de alguna forma el acto sexual
no es cosa nueva. De eso hay testimonio pictórico de las civilizaciones
más antiguas y diversas, y el fenómeno ha venido en crecimiento a medida
que avanza el desarrollo tecnológico.
En su momento fue la fotografía, luego
la posibilidad de hacer video, y ahora la inmediatez del internet pone
un punto más a la complejidad de este tema.
Un artículo publicado en el portal
Siquiatriaexplicada ahonda en lo que esto significa en estos tiempos,
con el surgimiento de la llamada "generación voyeurista", denominada así
por su fácil acceso a imágenes y videos de otras personas casi con
criterios de inmediatez.
Esa capacidad, junto a la proliferación
de videos íntimos de personalidades, como pasó en su momento con la
actriz Pamela Anderson y el musico Tommy Lee, o en Venezuela con los
actores Jorge Reyes y Roxana Díaz, ha provocado el auge de dicha
práctica por las más diversas personas, en busca de imitar a los
famosos, se explica en el texto.
Sin embargo, en el mismo artículo invitar a realizar algunas consideraciones antes de tomar esa decisión:
Lo primordial es tener la seguridad de que se desea grabar o fotografiar el encuentro íntimo, y que hay consenso al respecto.
No responder al impulso, conversarlo muy bien antes de hacerlo.
También recomiendan las cintas o fotografías instantáneas, pues lo digital aumenta el riesgo de que se difunda por internet.
Hacen especial mención a los riesgos que
trae esto para las mujeres, que en la sociedad patriarcal y machista
que impera en occidente, son ampliamente cuestionadas por su sexualidad,
mientras que al hombre se le suele honrar por sus "hazañas" en este
apartado.
Otra consideración fundamental es que
una vez que un archivo entra en la web, deja una huella que no se borra.
Esto hace que siempre exista la posibilidad de rescatarla, aunque se
haya borrado por el mismo usuario.
Más allá de juicios morales, dejar
registro de la propia intimidad tiene riesgos que no deben
menospreciarse a la hora de decidir.
LaIguana.tv