Trancas se hacen hábito en la Isla como medida de protesta #NuevaEsparta

El alcalde de Arismendi, Richard Fermín, dice que este tipo de actos se presentan por la falta de respuesta a los problemas de seguridad y de servicios. Dante Rivas pide que se reclame respetando el derecho de los demás.

 Las trancas que se generaron en la isla de Margarita a consecuencia del asesinato del taxista José del Valle Vásquez Obando, causaron un gran revuelo en la población ya que miles de personas quedaron varadas, se produjeron discusiones y se reportaron accidentes. Lo que sí quedó claro es que los insulares rechazan la inseguridad que se vive en la región.
José Luis Isase, presidente del Suttene, manifestó que esta situación se pudo evitar con la implementación de planes de seguridad efectivos y mediante la dotación de equipos GPS y cámaras de seguridad en los vehículos.
Aclaró que las próximas acciones a tomar por el gremio de taxistas estarían sujetas a la actuación de los cuerpos de seguridad para dar con la captura de los responsables del asesinato del taxista.
Para Dante Rivas, candidato lista del PSUV a la Asamblea Nacional, la situación es lamentable pues se trata de la pérdida de un hombre trabajador, pero también señaló que la manera de protestar trasgrede los derechos de todo un pueblo que quedó varado por la falta de transporte público.
"Hay que buscar formas más efectivas de protestar. Hacer tomas pacíficas en una plaza y hablar con los ciudadanos, llevar propuestas. Yo también fui un tira piedras en mis años universitarios, pero con la madurez te das cuenta que con ese tipo de acción se pierde más de lo que se gana".
El candidato se solidarizó con la familia del taxista y con el gremio de transportistas por la situación.
Común
Richard Fermín, alcalde de Arismendi, dijo que este tipo de protestas se han vuelto comunes en la región y se dan por la falta de respuesta a los problemas del pueblo, lo que refleja el nivel de conflictividad social que existe en el estado. Aseveró que la gente está tomando la justicia en sus manos porque no creen en los órganos encargados de impartirla.

Eltiempo.com.ve / Mario Guillén Montero