Hace 15 años fueron derribados los negocios y desalojados los
buhoneros que ejercían actividad en el antiguo Paseo Colón de Puerto La
Cruz por, supuestamente, incentivar delitos de prostitución, además de
obstaculizar la visual de la Bahía de Pozuelos.
Los visitantes aseguran que en el bulevar, ahora Paseo de la Cruz y el Mar, la situación es peor que en aquel entonces.
Eulalia Cruz contó que en compañía de amigos y “sin correr peligro” visitaba con frecuencia el antiguo paseo porteño. A 15 años de aquellas “parrandas” y ya con 62 años acuesta comenta que asiste -ocasionalmente- durante el día con sus hijos y por reducidos lapsos, ya que el bulevar “es un criadero de delincuentes”.
“Hace menos de un año a mi hija le robaron la camioneta que había estacionado frente el centro comercial Cristóforo Colombo y cada vez que vengo escucho a los artesanos conversar sobre hurtos de cauchos y baterías”, relató Cruz.
El vendedor ambulante Julián Rojas dice llevar más de 20 años recorriendo el paseo “de punta a punta” y aseveró que en las noches le “da miedo trabajar”.
“Dicen que esto lo rescataron de la prostitución pero considero que ahora es peor. En el estacionamiento del embarcadero las jovencitas beben licor y exhiben sus cuerpos, los indigentes se acercan –agresivos- a pedir dinero. Eso deben verlo y terminar con el plan que nunca terminaron”.
En el estacionamiento que refiere Rojas fueron asesinadas cinco personas, entre ellas una adolescente embarazada, durante un tiroteo que se suscitó alrededor de las 8:30 de agosto de 2014.
A fuerza de mandarrias
El 8 de septiembre de 2000, el recién nombrado alcalde de la jurisdicción porteña, Nelson Moreno, ejecutó la orden expresa en la resolución Nº 013 publicada el día anterior, en la que se revocó los permisos para desarrollo de la actividad comercial a al menos ocho establecimientos y se dispuso la posterior demolición.
¿La razón? Estar ubicados en un terreno de interés turístico, de acuerdo al expediente Nº 2005-4094 del Tribunal Supremo de Justicia.
El documento detalla que entre los motivos que por derecho se le otorgan a Moreno por ser alcalde, está proteger el ambiente, mejorar el turismo a través de la recuperación de la vista hacia la playa y poner fin a actividades ilícitas a lo largo del bulevar, como prostitución, drogadicción y casos de indigencia.
A 15 años de la demolición, ahora como presidente del Consejo Legislativo del estado Anzoátegui (Cleanz), Moreno insiste en que las acciones del 2000 “fueron beneficiosas en materia de infraestructura y turismo porque se recuperó la vista de la playa”.
Desempleados
La demolición de negocios dejó sin empleo a más de 250 personas que trabajaban en locales como El Rancho del Tío, Fuentemar, El Guatacarazo, L’Atarraya, entre otros, cuando sin ser previamente informados y desalojados, vieron como su sustento se vino abajo.
Víctor Cedeño, lanchero desde hace más de 20 años, dice ser testigo de la demolición.
“Fue doloroso ver a tanta gente perder su trabajo, mientras que la promesa de dejar este paseo libre de delitos quedó en veremos, así como la de culminar el saneamiento y la continuación del paseo”.
Lorena Medina es hija de una de las trabajadoras de Fuentemar a quien le cambió la vida ese 8 de septiembre.
“Tenía muchos años laborando allí para mantenernos. Cuando demolieron el local quedó sin esperanzas porque ya casi pisaba los 60 años y es casi imposible encontrar otro empleo a esa edad. No recibió compensación y debió dedicarse a la costura”, expresó la mujer.
Así, afirma Medina, quedaron la mayoría de los trabajadores, “fueron víctimas de Nelson ‘mandarria’ y su mandarriazo”.
Obras inconclusas
Las mejoras en el Paseo Colón comprendían, además, la construcción de un colector que permitiría el saneamiento de la playa de la Bahía de Pozuelos, ya que hace más de 20 años, el Ministerio del Ambiente (Ministerio de Ecosocialismo y Aguas) prohibió la playa para uso de bañistas, debido a los altos niveles de contaminación que presentaba el agua.
Culminación del bulevar turístico, demolición del mercado Los Cocos, el cual está incluido dentro del proyecto de ampliación del Paseo y conexión con el parque Andrés Eloy Blanco, son parte de las planes inconclusos en Sotillo, pese a que los dos alcaldes que siguieron al mandato de Moreno (de 2000 a 2008), han sido de la misma línea política: Stalin Fuentes y Magglio Ordóñez.
En noviembre de 2003 el Ejecutivo nacional, a través del despacho de Ambiente, planteó un proyecto para sanear la bahía. Diez años después, en noviembre de 2013, el entonces ministro del Ambiente, Miguel Rodríguez, anunció la aprobación de Bs. 71 millones para la primera fase del plan.
“Se están realizando las labores de mejora en el sistema de aguas servidas y aguas blancas, para evitar que con la llegada de las lluvias se tapen los drenajes y se produzcan las inundaciones o existan viviendas afectadas”, dijo el encargado regional de la cartera de Ambiente en 2013, Rainiero Calles.
Sin embargo, los trabajadores del bulevar aseveran que no han visto señal alguna que indique recuperación de la playa, “salvo las cuadrillas de limpieza de la alcaldía de Sotillo que esporádicamente vacían las papeleras”, indican.
“Aquí lo último que se hizo no fue precisamente para continuar el paseo, sino para romperlo”, comentó Arnaldo Vallenilla al referirse a noviembre de 2009, cuando tres tramos del muro del Paseo de la Cruz y el Mar debieron ser derribados para permitir que el agua de lluvia producto de las vaguadas, bajaran hasta la playa y no permanecieran estancadas dificultando el tráfico por la avenida.
Moreno especificó que en 2010 se colocaron sistemas de agua residuales a varios metros de la playa con lo que comenzó el saneamiento de la bahía por parte del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas.
“Esperamos con esto que mejore la calidad de las aguas a mediano plazo para que nuestros turistas vuelvan a bañarse en la Bahía de Pozuelos. Además, contamos con culminar la segunda fase del paseo, desde El Espigón hasta el municipio Urbaneja, aunque no hay fecha”.
ElNorte.com.ve / Yosemarys González/ECS
Los visitantes aseguran que en el bulevar, ahora Paseo de la Cruz y el Mar, la situación es peor que en aquel entonces.
Eulalia Cruz contó que en compañía de amigos y “sin correr peligro” visitaba con frecuencia el antiguo paseo porteño. A 15 años de aquellas “parrandas” y ya con 62 años acuesta comenta que asiste -ocasionalmente- durante el día con sus hijos y por reducidos lapsos, ya que el bulevar “es un criadero de delincuentes”.
“Hace menos de un año a mi hija le robaron la camioneta que había estacionado frente el centro comercial Cristóforo Colombo y cada vez que vengo escucho a los artesanos conversar sobre hurtos de cauchos y baterías”, relató Cruz.
El vendedor ambulante Julián Rojas dice llevar más de 20 años recorriendo el paseo “de punta a punta” y aseveró que en las noches le “da miedo trabajar”.
“Dicen que esto lo rescataron de la prostitución pero considero que ahora es peor. En el estacionamiento del embarcadero las jovencitas beben licor y exhiben sus cuerpos, los indigentes se acercan –agresivos- a pedir dinero. Eso deben verlo y terminar con el plan que nunca terminaron”.
En el estacionamiento que refiere Rojas fueron asesinadas cinco personas, entre ellas una adolescente embarazada, durante un tiroteo que se suscitó alrededor de las 8:30 de agosto de 2014.
A fuerza de mandarrias
El 8 de septiembre de 2000, el recién nombrado alcalde de la jurisdicción porteña, Nelson Moreno, ejecutó la orden expresa en la resolución Nº 013 publicada el día anterior, en la que se revocó los permisos para desarrollo de la actividad comercial a al menos ocho establecimientos y se dispuso la posterior demolición.
¿La razón? Estar ubicados en un terreno de interés turístico, de acuerdo al expediente Nº 2005-4094 del Tribunal Supremo de Justicia.
El documento detalla que entre los motivos que por derecho se le otorgan a Moreno por ser alcalde, está proteger el ambiente, mejorar el turismo a través de la recuperación de la vista hacia la playa y poner fin a actividades ilícitas a lo largo del bulevar, como prostitución, drogadicción y casos de indigencia.
A 15 años de la demolición, ahora como presidente del Consejo Legislativo del estado Anzoátegui (Cleanz), Moreno insiste en que las acciones del 2000 “fueron beneficiosas en materia de infraestructura y turismo porque se recuperó la vista de la playa”.
Desempleados
La demolición de negocios dejó sin empleo a más de 250 personas que trabajaban en locales como El Rancho del Tío, Fuentemar, El Guatacarazo, L’Atarraya, entre otros, cuando sin ser previamente informados y desalojados, vieron como su sustento se vino abajo.
Víctor Cedeño, lanchero desde hace más de 20 años, dice ser testigo de la demolición.
“Fue doloroso ver a tanta gente perder su trabajo, mientras que la promesa de dejar este paseo libre de delitos quedó en veremos, así como la de culminar el saneamiento y la continuación del paseo”.
Lorena Medina es hija de una de las trabajadoras de Fuentemar a quien le cambió la vida ese 8 de septiembre.
“Tenía muchos años laborando allí para mantenernos. Cuando demolieron el local quedó sin esperanzas porque ya casi pisaba los 60 años y es casi imposible encontrar otro empleo a esa edad. No recibió compensación y debió dedicarse a la costura”, expresó la mujer.
Así, afirma Medina, quedaron la mayoría de los trabajadores, “fueron víctimas de Nelson ‘mandarria’ y su mandarriazo”.
Obras inconclusas
Las mejoras en el Paseo Colón comprendían, además, la construcción de un colector que permitiría el saneamiento de la playa de la Bahía de Pozuelos, ya que hace más de 20 años, el Ministerio del Ambiente (Ministerio de Ecosocialismo y Aguas) prohibió la playa para uso de bañistas, debido a los altos niveles de contaminación que presentaba el agua.
Culminación del bulevar turístico, demolición del mercado Los Cocos, el cual está incluido dentro del proyecto de ampliación del Paseo y conexión con el parque Andrés Eloy Blanco, son parte de las planes inconclusos en Sotillo, pese a que los dos alcaldes que siguieron al mandato de Moreno (de 2000 a 2008), han sido de la misma línea política: Stalin Fuentes y Magglio Ordóñez.
En noviembre de 2003 el Ejecutivo nacional, a través del despacho de Ambiente, planteó un proyecto para sanear la bahía. Diez años después, en noviembre de 2013, el entonces ministro del Ambiente, Miguel Rodríguez, anunció la aprobación de Bs. 71 millones para la primera fase del plan.
“Se están realizando las labores de mejora en el sistema de aguas servidas y aguas blancas, para evitar que con la llegada de las lluvias se tapen los drenajes y se produzcan las inundaciones o existan viviendas afectadas”, dijo el encargado regional de la cartera de Ambiente en 2013, Rainiero Calles.
Sin embargo, los trabajadores del bulevar aseveran que no han visto señal alguna que indique recuperación de la playa, “salvo las cuadrillas de limpieza de la alcaldía de Sotillo que esporádicamente vacían las papeleras”, indican.
“Aquí lo último que se hizo no fue precisamente para continuar el paseo, sino para romperlo”, comentó Arnaldo Vallenilla al referirse a noviembre de 2009, cuando tres tramos del muro del Paseo de la Cruz y el Mar debieron ser derribados para permitir que el agua de lluvia producto de las vaguadas, bajaran hasta la playa y no permanecieran estancadas dificultando el tráfico por la avenida.
Moreno especificó que en 2010 se colocaron sistemas de agua residuales a varios metros de la playa con lo que comenzó el saneamiento de la bahía por parte del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas.
“Esperamos con esto que mejore la calidad de las aguas a mediano plazo para que nuestros turistas vuelvan a bañarse en la Bahía de Pozuelos. Además, contamos con culminar la segunda fase del paseo, desde El Espigón hasta el municipio Urbaneja, aunque no hay fecha”.
ElNorte.com.ve / Yosemarys González/ECS