Trabajadores reportaron el cierre de varios locales
debido a la situación que afecta al país. De 30 puestos que tienen las
instalaciones, al día laboran máximo 10
Trabajadores
reportaron el cierre de varios locales debido a la situación que afecta
al país. De 30 puestos que tienen las instalaciones, al día laboran
máximo 10 y no cubren los turnos completos. La fama y gran asistencia de propios y visitantes que tenía el
bulevar de las empanadas, ubicado en las adyacencias del terminal de
ferrys de Puerto La Cruz, al parecer ha disminuido en los últimos años.
“Desde que los ferrys empezaron a salir de Guanta, hace más de un año, no hay ventas“, informó Yve Montanás, encargada del local número 29. Similar comentario realizó Daniel Vargas, trabajador del local 16.
“Ahora trabajamos como seis negocios de 6:00 a 10:00 am y en el turno de la noche abren como cinco locales”.
Agregó que otros prefieren hacerlo en temporadas altas y durante los fines de semana, cuando reciben más visitantes.
Las pocas personas que trabajan a diario comentaron que si antes gastaban cinco paquetes de harina de maíz para realizar las empanadas, ahora utilizan máximo dos.
Se une la escasez
La poca facilidad para adquirir los materiales a precio regulado también ha afectado a los empanaderos.
“Desde el sábado no ofrezco carne porque no la consigo barata. El lunes un revendedor me trajo una bolsita que no tenía ni dos kilos y me salió en Bs 1.800“, mencionó Montanés.
Según los vendedores, desde hace tiempo trabajan es para invertir porque la inflación no les hace generar ganancias.
Daniel Vargas recordó cómo hace cuatro meses aún podían ofrecer empanadas de carne y pollo a partir de Bs 15. Ahora el precio varía entre Bs 80 y 100.
La mayoría de los locales, supuestamente, son surtidos quincenalmente por Alimentos Polar.
Los que aún no tienen código se apoyan de los revendedores para adquirir los rubros. Estiman que para obtener ganancias deberían vender a partir de Bs 150 la preparación.
“Desde que los ferrys empezaron a salir de Guanta, hace más de un año, no hay ventas“, informó Yve Montanás, encargada del local número 29. Similar comentario realizó Daniel Vargas, trabajador del local 16.
“Ahora trabajamos como seis negocios de 6:00 a 10:00 am y en el turno de la noche abren como cinco locales”.
Agregó que otros prefieren hacerlo en temporadas altas y durante los fines de semana, cuando reciben más visitantes.
Las pocas personas que trabajan a diario comentaron que si antes gastaban cinco paquetes de harina de maíz para realizar las empanadas, ahora utilizan máximo dos.
Se une la escasez
La poca facilidad para adquirir los materiales a precio regulado también ha afectado a los empanaderos.
“Desde el sábado no ofrezco carne porque no la consigo barata. El lunes un revendedor me trajo una bolsita que no tenía ni dos kilos y me salió en Bs 1.800“, mencionó Montanés.
Según los vendedores, desde hace tiempo trabajan es para invertir porque la inflación no les hace generar ganancias.
Daniel Vargas recordó cómo hace cuatro meses aún podían ofrecer empanadas de carne y pollo a partir de Bs 15. Ahora el precio varía entre Bs 80 y 100.
La mayoría de los locales, supuestamente, son surtidos quincenalmente por Alimentos Polar.
Los que aún no tienen código se apoyan de los revendedores para adquirir los rubros. Estiman que para obtener ganancias deberían vender a partir de Bs 150 la preparación.