Las zapaterías, peluquerías, joyerías y ventas de
ropa se están viendo afectadas con los cortes que aparentemente en las
últimas ocho semanas se han duplicado
“Las ventas han bajado 40% por los apagones. Los puntos
quedan sin funcionamiento y muchas personas dejan de comprar porque no
cargan efectivo”.
Fueron las palabras de Jesús
Orocopey, encargado de la zapatería Sahara Fashion Shoes, ubicada en la
calle Libertad del casco central porteño.
Explica
que desde hace dos meses se han incrementado los cortes, lo que les ha
impedido facturar algunas compras porque carecen de una planta
eléctrica.
“Ahorita los zapatos que más se llevan
están entre los Bs 3.500 y Bs 7.000. Muy pocas personas tienen esa
cantidad de dinero encima”, contó.
Quienes se han
visto más afectadas al parecer son las peluquerías de la zona, pues
según cuenta la estilista Yudith Rodríguez, por cada apagón dejan de
atender a más de cinco clientes.
“Un secado no baja
de Bs 300, si lo multiplicamos por cinco días de la semana sumamos Bs
1.500 y eso es lo que pagamos de electricidad mensualmente. Entonces,
hay apagones pero no reducen el monto del consumo”.
Califica
de injustos los cortes programados en horario de oficina, pues a ellos
se suman los apagones por fallas que, según Rodríguez, alcanzan las 150
horas semanales en el casco central porteño.
Lo
cierto es que las zapaterías, peluquerías, joyerías y ventas de ropa se
están viendo afectadas con los cortes que aparentemente en las últimas
ocho semanas se han duplicado, lo que ha inluido de manera negativa en
las ventas mensuales.
En el centro comercial La
Gracia de Dios muchos como Lorenzo Zapata aseguran que han tenido la
necesidad de bajar sus santamarías por los apagones, pues el recinto
queda a oscuras y sienten temor de ser visitados por los delincuentes.
“Yo cierro el negocio porque el centro comercial se convierte en una boca de lobo y el calorón nos sofoca”, dijo.
Pérdidas
En
la carnicería Catalano, ubicada en la avenida 5 de Julio del casco
central porteño, explican que por lo delicado de la mercancía que
expenden, desde su inauguración fue instalada una planta eléctrica, por
lo que sus ventas se mantienen. Pero no pueden decir lo mismo los
dueños del abasto que está a tres locales, quienes no cuentan con un
generador.
En dicho expendio prefirieron mantener
sus nombres en reserva, pero según contaron sus encargados, quienes son
de nacionalidad asiática, han perdido piezas de jamón y hortalizas por
los apagones.
Confiesan que cada vez que “se va la luz” colocan la mercancía en un freezer para que mantenga su temperatura.
Los comerciantes piden la reconsideración de los horarios de cortes para evitar las pérdidas y disminución en las ventas.