Muchachas no saben las verdaderas consecuencias
que puede ocasionar el uso frecuente de la píldora del día después.
Hablan de los malestares físicos y las condiciones cutáneas que pueden
presentarse en quienes las empleen.
América Latina es la segunda región con la tasa más alta de embarazos
en jóvenes entre 14 y 19 años, siendo Venezuela uno de los primeros
países con el registro más alto de este suceso. Las razones del tal
fenómeno varían, pero una de las más destacadas es el limitado acceso de
los adolescentes a una educación sexual adecuada. Las fugas en el
proceso informativo llevan a los jóvenes a tomar una conducta
irresponsable y poco saludable.
La información sobre métodos anticonceptivos empieza a difundirse
desde la educación primaria; sin embargo, nuevos procedimientos de
prevención de embarazo, denominados anticonceptivos de emergencia, se
hacen populares debido a su practicidad, pero los jóvenes aún no están
muy claros de su uso y riesgos.
La definición dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la anticoncepción de emergencia hace referencia a métodos anticonceptivos para prevenir embarazos durante los días inmediatamente posteriores al coito sin protección, considerando también la falla en el uso de anticonceptivos regulares o su uso incorrecto (cómo la omisión de una píldora o la rotura de un preservativo). Aplica igual en casos de violaciones o relaciones forzadas.
Uso adecuado
Las píldoras del día después no deben tomarse como anticonceptivos de uso regular, sino en caso de estricta emergencia, sin sustituir ningún dispositivo anticonceptivo convencional; esto solo ocasiona que su efectividad disminuya y se revierta el efecto deseado.
La dosis recomendada de este anticonceptivo oral actúa evitando la ovulación y fertilización, siempre y cuando la relación sexual se haya llevado a cabo en la fase preovulatoria; de esta forma, interfiere con la migración espermática por el espesamiento del moco cervical. La toma del anticonceptivo deja de ser eficaz una vez iniciado el proceso de implantación.
No se aconseja la reiterada administración de estas píldoras dentro de un mismo ciclo menstrual, lo más recomendable es mantener un tiempo de seis meses entre cada uso. Su utilización constante reduce su eficacia anticonceptiva y aumenta la posibilidad de alterar el ciclo.
Yanielsi Carreño, estudiante de 17 años, comenta no haber usado anticonceptivos de emergencia, pero sí conoce el caso de una amiga cercana que los utilizó en una oportunidad. Ella, a pesar de no conocer ninguna marca o nombre comercial dado al fármaco, manifiesta saber que la pastilla debe tomarse 72 horas después del acto sexual.
Por otra parte, Jean Beiker Ramos, de la misma edad de Yanielsi, solo conoce la existencia de pastillas anticonceptivas convencionales y el uso del preservativo.
La definición dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la anticoncepción de emergencia hace referencia a métodos anticonceptivos para prevenir embarazos durante los días inmediatamente posteriores al coito sin protección, considerando también la falla en el uso de anticonceptivos regulares o su uso incorrecto (cómo la omisión de una píldora o la rotura de un preservativo). Aplica igual en casos de violaciones o relaciones forzadas.
Uso adecuado
Las píldoras del día después no deben tomarse como anticonceptivos de uso regular, sino en caso de estricta emergencia, sin sustituir ningún dispositivo anticonceptivo convencional; esto solo ocasiona que su efectividad disminuya y se revierta el efecto deseado.
La dosis recomendada de este anticonceptivo oral actúa evitando la ovulación y fertilización, siempre y cuando la relación sexual se haya llevado a cabo en la fase preovulatoria; de esta forma, interfiere con la migración espermática por el espesamiento del moco cervical. La toma del anticonceptivo deja de ser eficaz una vez iniciado el proceso de implantación.
No se aconseja la reiterada administración de estas píldoras dentro de un mismo ciclo menstrual, lo más recomendable es mantener un tiempo de seis meses entre cada uso. Su utilización constante reduce su eficacia anticonceptiva y aumenta la posibilidad de alterar el ciclo.
Yanielsi Carreño, estudiante de 17 años, comenta no haber usado anticonceptivos de emergencia, pero sí conoce el caso de una amiga cercana que los utilizó en una oportunidad. Ella, a pesar de no conocer ninguna marca o nombre comercial dado al fármaco, manifiesta saber que la pastilla debe tomarse 72 horas después del acto sexual.
Por otra parte, Jean Beiker Ramos, de la misma edad de Yanielsi, solo conoce la existencia de pastillas anticonceptivas convencionales y el uso del preservativo.
El Sol de Margarita / Génesis Adriana Delgado