A partir de este 1º de marzo los trabajadores del mar podrán comenzar las capturas de esta especie.
Hasta hoy estará vigente la veda de la sardina decretada desde
diciembre pasado por el Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura
(Insopesca) de manera que a partir de este 1º de marzo los pescadores
podrán comenzar las capturas de esta especie, claro está, siempre y
cuando ésta se arrime a la costa.
Desde 2005 ha sido muy pobre la producción sardinera local, y eso
obligó al organismo rector de la pesca en el país a decretar una veda,
además de llevar de 17 a 19 centímetros el tamaño permitido para su
pesca.
El presidente de la Asociación de Productores Sardineros del estado Nueva Esparta (Aprosardine), Luis Rodríguez, aseguró que una vez se levante la veda comienzan a prepararse para la faena, al igual que la empresa enlatadora local dentro de sus niveles de producción y operatividad.
En contraste con años anteriores donde dependían de las conserveras del estado Sucre para la comercialización del producto, este año tienen cifradas las esperanzas de poder vender las sardinas a la procesadora Perla del Sur, antigua planta El Faro, con funcionamiento en el municipio Tubores.
-La apertura de Perla del Sur llena de esperanzas, recalcó.
En cuanto al acercamiento de los cardúmenes a la costa, Rodríguez señaló que aun cuando "se está viendo la sardina", sobre todo hacia la parte norte de Margarita y en la isla de Coche, todavía tal cercanía no garantiza "encerramiento" y caladas.
-Lo importante es que estamos preparados para comenzar la faena.
Luego de la veda sólo se ha permitido sacar el producto para carnada, como ocurrió en Coche.
Trenes en desuso
La baja producción sardinera de los últimos años ha derivado no sólo en que disminuyan los ingresos de quienes por décadas se han dedicado a esta pesquería, sino que además al encontrarse en desuso los trenes sardineros (redes), estos presentan en la actualidad gran deterioro.
Para 2005, durante un período de mayor esplendor sardinero, estaban activos 64 trenes sardineros en caladeros tradicionales de Coche, playa Moreno, Manzanillo, La Isleta, Pampatar y Valdés. Esa cifra se reduce ahora a 40 trenes disponibles, y de éstos hay que reparar muchos para llevarlos a sus niveles más óptimos, explica.
Con el tiempo y la falta de uso los trenes llegan a punto de deterioro tal, que hasta pueden deshacerse en el agua. En ese diagnóstico se encuentran actualmente, y tienen fe en que a medida que se vayan dando las buenas capturas, el pescador irá invirtiendo en sus artes de pesca, hasta reponerlos en su totalidad. "Tal recuperación no se puede dar de la noche a la mañana, porque prácticamente estamos parados desde 2005".
Aún más ilustrativo de su faena, dijo que para calar 300 toneladas de sardinas se necesita un tren de 600 metros de largo y 21 m de altura. Hasta esta profundidad es que pueden buscar la sardina, y no en lo más hondo.
-Nos queremos mantener con este arte, para trabajar a esa profundidad máxima con mallas de una pulgada. Lo contrario sería cambiar a las máquinas de argolla, que no es el utilizado por nosotros. Nuestro arte es más ecológico y conservador del recurso.
Por eso el pescador espera que la sardina "suba" o se arrime a la costa y aun cuando la vean en lo más hondo, no la encerrarán. Es la ley ancestral del sardinero.
Muestreo del Insopesca
Una vez que cercan el cardumen, ya avistado en aguas poco profundas, el segundo paso es llamar al Insopesca, encargado de hacer el muestreo y verificar que la sardina tiene la talla permitida de 19 centímetros (antes era de 17 cm).
Con el ojo avizor que caracteriza al hombre de mar, a estas alturas sabe que esa sardina que está cerca, "a flor de agua" y que aún no ha subido lo suficiente sí está de buen tamaño. "Solamente un 3% está por debajo de la talla permitida, y no llega a los 16 centímetros".
Cuando la autoridad constata el buen tamaño de la sardina "amarrada" y viva en la red, autoriza su comercialización. Progresivamente la trasladan en los botes hasta los caveros. Este año, sin embargo, esperan negociar directamente con la planta tuborense, dejando atrás la triste historia de tener que "soltarla" por no tener comprador.
Apenas 900 toneladas de sardinas, según contabiliza el pescador Luis Rodríguez, fue lo que pudieron capturar entre noviembre y primera quincena de diciembre de 2014. La veda comenzó a regir a partir de la segunda quincena de ese mes, hasta hoy. Desde mañana los sardineros están autorizados para la faena, pero la gran incógnita es si ahora entrará a la costa.
El presidente de la Asociación de Productores Sardineros del estado Nueva Esparta (Aprosardine), Luis Rodríguez, aseguró que una vez se levante la veda comienzan a prepararse para la faena, al igual que la empresa enlatadora local dentro de sus niveles de producción y operatividad.
En contraste con años anteriores donde dependían de las conserveras del estado Sucre para la comercialización del producto, este año tienen cifradas las esperanzas de poder vender las sardinas a la procesadora Perla del Sur, antigua planta El Faro, con funcionamiento en el municipio Tubores.
-La apertura de Perla del Sur llena de esperanzas, recalcó.
En cuanto al acercamiento de los cardúmenes a la costa, Rodríguez señaló que aun cuando "se está viendo la sardina", sobre todo hacia la parte norte de Margarita y en la isla de Coche, todavía tal cercanía no garantiza "encerramiento" y caladas.
-Lo importante es que estamos preparados para comenzar la faena.
Luego de la veda sólo se ha permitido sacar el producto para carnada, como ocurrió en Coche.
Trenes en desuso
La baja producción sardinera de los últimos años ha derivado no sólo en que disminuyan los ingresos de quienes por décadas se han dedicado a esta pesquería, sino que además al encontrarse en desuso los trenes sardineros (redes), estos presentan en la actualidad gran deterioro.
Para 2005, durante un período de mayor esplendor sardinero, estaban activos 64 trenes sardineros en caladeros tradicionales de Coche, playa Moreno, Manzanillo, La Isleta, Pampatar y Valdés. Esa cifra se reduce ahora a 40 trenes disponibles, y de éstos hay que reparar muchos para llevarlos a sus niveles más óptimos, explica.
Con el tiempo y la falta de uso los trenes llegan a punto de deterioro tal, que hasta pueden deshacerse en el agua. En ese diagnóstico se encuentran actualmente, y tienen fe en que a medida que se vayan dando las buenas capturas, el pescador irá invirtiendo en sus artes de pesca, hasta reponerlos en su totalidad. "Tal recuperación no se puede dar de la noche a la mañana, porque prácticamente estamos parados desde 2005".
Aún más ilustrativo de su faena, dijo que para calar 300 toneladas de sardinas se necesita un tren de 600 metros de largo y 21 m de altura. Hasta esta profundidad es que pueden buscar la sardina, y no en lo más hondo.
-Nos queremos mantener con este arte, para trabajar a esa profundidad máxima con mallas de una pulgada. Lo contrario sería cambiar a las máquinas de argolla, que no es el utilizado por nosotros. Nuestro arte es más ecológico y conservador del recurso.
Por eso el pescador espera que la sardina "suba" o se arrime a la costa y aun cuando la vean en lo más hondo, no la encerrarán. Es la ley ancestral del sardinero.
Muestreo del Insopesca
Una vez que cercan el cardumen, ya avistado en aguas poco profundas, el segundo paso es llamar al Insopesca, encargado de hacer el muestreo y verificar que la sardina tiene la talla permitida de 19 centímetros (antes era de 17 cm).
Con el ojo avizor que caracteriza al hombre de mar, a estas alturas sabe que esa sardina que está cerca, "a flor de agua" y que aún no ha subido lo suficiente sí está de buen tamaño. "Solamente un 3% está por debajo de la talla permitida, y no llega a los 16 centímetros".
Cuando la autoridad constata el buen tamaño de la sardina "amarrada" y viva en la red, autoriza su comercialización. Progresivamente la trasladan en los botes hasta los caveros. Este año, sin embargo, esperan negociar directamente con la planta tuborense, dejando atrás la triste historia de tener que "soltarla" por no tener comprador.
Apenas 900 toneladas de sardinas, según contabiliza el pescador Luis Rodríguez, fue lo que pudieron capturar entre noviembre y primera quincena de diciembre de 2014. La veda comenzó a regir a partir de la segunda quincena de ese mes, hasta hoy. Desde mañana los sardineros están autorizados para la faena, pero la gran incógnita es si ahora entrará a la costa.
El Sol de Margarita / Yanet Escalona